Inspiración: la diseñadora Amaya Arzuaga ha utilizado el mundo en tres dimensiones para inspirar su obra, un mundo de medidas desproporcionadas y formas asimétricas, por lo que el espectador tiene que hacer un travelling circular para tener la perspectiva global del diseño. Colores: el desfile ha estado bañado por rosas, beiges, los siempre imprescindibles blanco y negro, y golpes de frambuesa y azul celeste. Estampados: la apuesta han sido los tonos lisos, y solo destaca un simple polvo de estrellas en alguno de los diseños. Materiales: tejidos estáticos en contraposición de sedas ligeras, algodones tratados y viscosas que sugieren vaporosidad y movimiento. El corte: el eje de rotación de todas las prendas es la cintura, sobre la que orbitan faldas de corte “tail hem”, escotes profundos en forma de V y espaldas sugerentes, que marcan un ritmo hipnótico al caminar. Destacamos: la diseñadora ha roto los moldes de la clásica camisa blanca de popelín convirtiéndola en una pieza totalmente nueva. Ha incluido esta prenda en un nuevo entorno de volumen y formas imposibles, que encabezan la propuesta para la próxima temporada. Nos encanta: la perfecta combinación entre originalidad y sencillez que dan un aire de sofisticación y elegancia, apoyado por las formas que proporcionan los amplios escotes y la vaporosidad de las faldas. + 0 comentarios
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