Protección solar: mitos y leyendas

Utilizar filtros solares menores de factor de protección solar (SPF) 10 es lo mejor para conseguir más rápido el bronceado

Error. Hay que tener en cuenta el tipo de piel así como las horas de exposición al sol para saber cuál es el factor de protección solar más adecuado para nuestras necesidades. Sea cual sea nuestro tipo de piel, los dermatólogos recomiendan utilizar siempre, según nuestro tipo de piel y tiempo de exposición, SPF de entre 15 y 50. Además hay que tener en cuenta que una de las claves para protegerse del sol no es únicamente aplicarse los productos adecuados, sino aplicarlos correctamente.

Aunque para asegurarte de que tu piel está protegida te hayas aplicado un factor de protección solar 30, recuerda que:

- Debes haberlo aplicado unos 30 minutos antes de la exposición solar para que realmente sea efectivo. Si lo aplicas en el momento, durante esa media hora aproximada tu piel está expuesta directamente a los rayos UV-A y UV-B.

- Debes aplicarla cada 2-3 horas aproximadamente para garantizar su efectividad; lo ideal es cada 120 minutos.

Los protectores solares en textura crema son mejores que los de espray

Falso. Realmente, son todos igual de efectivos siempre que te cerciores de que los has aplicado correctamente. Aunque elijas uno de espray, espárcelo bien cuando lo apliques sobre la piel para asegurarte de que no dejas zonas sin aplicar. Quizá somos más conscientes de que está bien extendido cuando utilizamos productos solares en crema.

Es lo mismo water resistant que waterproof

Falso. En español, podemos encontrarlo como “resistente al agua” o “muy resistente al agua”. Los productos water resistant aguantan en el agua hasta 40 minutos, mientras que los waterproof lo hacen hasta 80 minutos. Sin embargo, esto no significa que no haya que repetir su aplicación.

No necesito aplicarme protectores solares si estoy a la sombra

Error. Está demostrado que el agua y la arena reflejan los rayos solares, por lo que llegan a nuestra piel aunque nos encontremos a la sombra. Por otro lado, hay que tener en cuenta también que en días nublados, aunque no veamos los rayos del sol, las radiaciones UV-A y UV-B se filtran a través de las nubes y llegan de igual modo a nuestra piel, por lo que debemos estar protegidos.

No todas las radiaciones solares pueden causar cáncer

Verdadero. Las radiaciones solares que afectan a nuestra piel son las UV-A y las UV-B, y lo hacen de diferente manera: ambas alteran poco a poco la estructura celular, provocando un daño acumulativo a nuestra piel, pero las UV-A penetran en las capas más profundas de nuestra piel, lo que se relaciona con el crecimiento de células anormales que pueden llegar a convertirse en cáncer. Eso no quiere decir que las radiaciones UV-B no sean nocivas, pues son las vinculadas con el fotoenvejecimiento, son las que producen arrugas prematuras y manchas solares en la piel. Por ello, debemos escoger productos solares que, además de poseer un FPS adecuado a nuestra piel, deben protegerla de ambas radiaciones.

No debo utilizar los productos solares de la temporada anterior

Verdadero. Los productos solares tienen una duración de un máximo de 12 meses una vez abierto –puedes comprobar la duración de cada uno en la etiqueta trasera, debe aparecer el símbolo 12M indicándolo; si quieres saber más sobre la caducidad de los cosméticos, haz clic aquí–. Esto significa que, tras haber pasado un año, el producto ha podido perder propiedades y no proteger correctamente de las radiaciones, especialmente teniendo en cuenta que los hemos estado sometiendo a altas temperaturas en nuestra bolsa de la playa, le ha dado el sol directamente, etc., factores que también pueden alterar su composición química. Por eso, es mejor no arriesgarse y renovar nuestros productos solares cada temporada.

Tips Moda Punta

Por último, unos consejos rápidos y útiles para conseguir una piel bronceada sin riesgos:

• Igual que prestas atención a tu piel protegiéndola correctamente, presta atención a tus ojos. Cuidado con comprar gafas en puestos de la playa y sitios de este tipo; es importante que las gafas de sol que lleves protejan tus ojos filtrando las radiaciones UV, ya que la exposición prolongada de los ojos al sol con unas gafas que no lo hagan podría provocarte cáncer de piel en los párpados, lesiones en la córnea, formación de cataratas o quemaduras en la retina, entre otras lesiones.

• Recuerda que los más peques no deben tomar el sol. Los niños hasta 6 meses deben mantenerse a la sombra en todo momento. Los niños un poco más mayores, de hasta 2 años, pueden exponerse al sol con la protección adecuada: utiliza los productos solares formulados para niños y con filtros de alta protección, pues la piel de los pequeños es más permeable a las radiaciones.

•  Protege tus labios con productos labiales con SPF.

• Hidrátate, bebe agua para regular la temperatura corporal. Además, el bronceado te durará más si tu piel está bien hidratada.

• Procura evitar tomar el sol en las horas centrales del día.

• Recuerda que aunque tu fototipo de piel sea el IV, la piel más morena, los especialistas no recomiendan productos solares de SPF menor a 15. Y no valen excusas como “es que cuanto más factor de protección, menos morena me pongo”, porque los dermatólogos han demostrado que no es así; lo que hacen los productos solares es evitar que traspasen las radiaciones nocivas a nuestra epidermis, pero la reacción que causa el bronceado depende de nuestro organismo. Por ello, influirán en él el grado de hidratación de la piel y especialmente los alimentos que ingiramos, siendo los más beneficiosos los que tienen un alto contenido de betacaroteno.