Los fans del almeriense agotaron la mayoría de las localidades con tan solo un día de haber sido puestas en venta, más de 1400 personas asistieron al evento. Con la entrada en mano, los asistentes al concierto pudieron ver a su ídolo una hora antes en el fotocol a través de la puerta principal del teatro, mientras contestaba a la prensa.
Prometió un concierto tranquilo y cumplió con su palabra. David Bisbal en su faceta más serena supo como encandilar a su público y envolverlo en un ambiente más íntimo y cercano.
Con las lámparas del teatro a media luz y los focos apuntando sobre una guitarra española, saltó al escenario el artista almeriense mientras Juan Sánchez, el guitarrista de su banda, interpretaba un solo de guitarra una introducción Flamenca. La acogida del público entre aplausos y halagos hizo que David se acercará al mismo antes de cantar en honor a su tierra natal Almería, tierra noble. El sentimiento por su tierra hizo que Bisbal lograra, con su peculiar voz, lenta y segura, que su público presente se alzara de sus asientos para aclamarle.
David quiso ofrecer en su concierto aquellos temas más lentos de su carrera, en los que se entregó según transcurría la noche. Los temas elegidos para la ocasión fueron Como la primera vez, Esta Ausencia, Dígale y Me derrumbo, entre otros, que emocionaron a los fans. Pero también quiso ofrecer un homenaje a la música desde los años 60 hasta la actualidad, con temas como Te quiero dijiste, En un rincón del alma, Luna, Adoro, del grande Joan Manuel Serrat, o el tema Y si fuera ella, de su gran amigo, compositor y padrino de su hija, Alejandro Sanz. Aunque el almeriense, fiel a su estilo y a su trabajo, cantó cuatro de sus temas más movidos de su carrera: Ave María, Lloraré las penas, Como olvidar y Silencio, los cuales fueron versionados para adaptar el ritmo latino al gran peso que sobrellevaba el cantante en el Teatro Real.
Pero la “guinda del pastel” llegó con los temas de su último disco, Sin mirar atrás, título de uno de los singles del almeriense y que hicieron vibrar el teatro. Al Andalus fue otro de los homenajes que este artista quiso darle a su tierra andaluza que siempre lleva presente, en el que se entregó al baile tan típico al que nos tiene acostumbrado Bisbal. Aunque el momento que enterneció a todo el teatro fue la llegada de una de las baladas más significativas para el almeriense, el tema dedicado a su pequeña Ella, Mi princesa, con el que el propio David se emocionó al finalizar la canción.
Sin embargo, la adrenalina del almeriense no decayó y terminó el concierto con el tema principal de su último álbum, Esclavo de sus besos, con el que los presentes en al evento, fans incluidos, hicieron que el teatro temblara ante el ritmo de la música, el sonido de sus voces mezclado con la flamante voz de David Bisbal, al que le cayó un “diluvio” de claveles blancos que las primeras filas del teatro le abalanzaron hacia el escenario mostrando su gratitud ante el espectáculo vivido.
A gritos de un “Tu sí que vales” o “Eres increíble” por parte de los fans, David Bisbal se despidió de su público con la mano en el corazón y dando gracias a sus fans que, una vez más, le han acogido en uno de sus mayores retos en su carrera artística, el Teatro Real.
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