Los lunares en principio no tienen por qué ser una señal de alarma, a menos que se trate de un lunar inusual con aspecto rugoso o displásico, pues estos son los que tienen más probabilidades de acabar en melanoma, o lo que es lo mismo, cáncer de piel. Lo más recomendable es hacerse revisiones dermatológicas para controlar que los lunares que se tienen en la piel no comportan riesgo.
En esteticacastrosierra.com recomiendan proteger los lunares del sol durante todo el año, no solamente en verano. Y es que, los rayos UVA penetran a través de las nubes y también a través de las ventanas, con lo que no solo aceleran el envejecimiento, sino también aumentan la tendencia a desarrollar melanomas. Por supuesto, en verano se han de extremar las precauciones y evitar a toda costa las quemaduras solares.
Cómo proteger la piel del sol para evitar dañar los lunares
Proteger la piel de sol, especialmente allí donde hay lunares, es esencial si se quiere evitar correr riesgos innecesarios. Así que, el primer paso es utilizar un protector solar adecuado al tipo de piel. Lo más recomendable es un producto con factor de protección solar FPS de como mínimo 30. Las personas con piel sensible, muy blanca y los niños deberían utilizar factor 50 o pantalla total.
El protector se debe aplicar cada dos horas, sobre todo después de nadar o haber sudado mucho, puesto que, aunque algunas marcas pongan en su envase que el producto es resistente al agua, es mejor prevenir y volver a cubrir la piel con una capa protectora pasado un tiempo prudencial. También es importante buscar la sombra y evitar las horas de mayor exposición solar, es decir de 10 a.m. a 16 p.m.
Por otro lado, también es conveniente utilizar manga larga y pantalones largos, de tejidos ligeros y transpirables, como, por ejemplo, el algodón. Un sombrero que cubra y proteja la cabeza y el rostro también es una excelente idea. Sobre todo, si se va a estar bajo los rayos solares durante mucho tiempo o durante las horas más críticas. Las personas que trabajan al aire libre deben tomarse muy en serio estas medidas si quieren proteger la salud de su piel.
Por supuesto, las gafas de sol son imprescindibles, hay que proteger los ojos y la piel que los rodea con gafas que sean capaces de bloquear el 100% de los rayos UV y UVA. En ese sentido, conviene invertir algo de presupuesto en unas gafas de sol de calidad y huir de aquellas que se venden en supermercados y colmados a precios muy bajos, pues carecen de la protección adecuada.
Otro consejo a tener en cuenta es evitar las cabinas de bronceado que tanto se han puesto de moda en las ciudades. Hay quienes, deseosos de lucir un cuerpo moreno desde el primer día que pisa la playa o la piscina, van antes durante unos meses a cabinas de bronceado, lo que supone una cantidad de radiación UV que acabará por dañar la piel prematuramente y aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer de piel.
Por qué salen lunares
Los lunares o nevus aparecen debido a un exceso de producción de melanocitos, las células productoras de pigmento para la piel. Esto ocurre debido a una múltiple combinación de factores genéticos relacionados con la exposición solar. La mayoría de la población tiene lunares, de hecho, hay muchos niños que ya nacen con grandes lunares y otras personas los van desarrollando a lo largo de la infancia y adolescencia.
Por lo general, estos crecimientos son inofensivos, a menos que muestren cambios de pigmentación, bordes irregulares, ondas, asimetrías, etc. Si se observan dichos cambios hay que acudir al especialista para que evalúe las características y determine si hay que tomar medidas o no. En este sentido, hay quienes tienen una tendencia genética a desarrollarlos, de igual manera las personas de ojos claros, rubias o pelirrojas también tienen mayor disposición.
Por último, y para prevenir la aparición de lunares nuevos, lo más importante es examinarse la piel de todo el cuerpo de manera regular, prestando atención a los lunares existentes para detectar cuáles son nuevos y cuáles no; y por supuesto, tomar todas las medidas preventivas señaladas anteriormente. Hay que tener en cuenta que la incidencia de cáncer de piel ha crecido notoriamente en las últimas décadas.