Salamanca es luz dorada. Por el día, la piedra de Villamayor aporta a la ciudad una cálida estética uniforme por la que perderse entre sus calles del casco histórico. Pero, cuando torna la noche, la ciudad toma ese color que tanto la caracteriza.
Para muchos el otoño es la estación ideal para viajar. Empieza a refrescar, la naturaleza colorea los paisajes formando escenarios naturales bucólicos y los precios disminuyen considerablemente.