En Suiza tratan de evitar los currículum de candidatos con nacionalidad francesa. Para muchas compañías, sobre todo en el sector de la banca, ser galo es un handicap.
Según Le Matin Dimanche, las empresas helvéticas intentan evitar fichar a trabajadores franceses, a los que consideran «perezosos y arrogantes». Para esquivarlos, en las ofertas de empleo se especifica como requisito «ser suizo y residir en Suiza» o «se exige un alemán perfecto» aunque el puesto no lo requiera.
Este medio relata la mala experiencia de una empresa que tuvo en su nómina a asalariados galos. «A menudo, los franceses en plantilla estaban enfermos el lunes y el viernes», explica la compañía. Una de sus responsables de Recursos Humanos critica la actitud reivindicativa de estos empleados, mientras que «la disposición de portugueses y españoles no tiene nada que ver».
Estas referencias son las que utilizan para argumentar que sus vecinos están mal acostumbrados: cobran mucho y trabajan poco, son «perezosos y arrogantes» y «reivindican demasiado». Además, son de los más desmotivados de Europa.
Los suizos no son los primeros en criticar a los trabajadores galos. El presidente de Titan, una multinacional estadounidense que fabrica ruedas para vehículos agrícolas, ya lo hizo hace unos meses. “Los empleados franceses cobran salarios altos pero no trabajan más de tres horas”, señaló Maurice Taylor.
“Tienen una hora para comer, hablan durante tres horas y trabajan otras tres. Se lo he dicho a los sindicalistas franceses y me han respondido que en Francia las cosas funcionan así”, escribió Taylor al ministro de Producción francés, Arnaud Montebourg, para justificar por qué no quería adquirir la planta de Goodyear en Amiens-Nord, al borde del cierre. El directivo añadía que “pronto en Francia todo el mundo se pasará el día sentado en los bares bebiendo vino tinto”.
La banca no quiere chivatos
Las empresas suizas, dice este medio, tampoco quieren chivatos. Por eso la banca y las finanzas se cuidan mucho de contratar franceses. Son los sectores que más miran la nacionalidad en el expediente.
Los grupos quieren evitar filtraciones, que «haya Falciani» en sus plantillas, desvela el diario, en referencia a Hervé Falciani, el ingeniero francés que filtró los datos de las cuentas de más de 130.000 evasores fiscales que tenían dinero en bancos suizos.
Preocupados por su sueldo
Aunque reciben salarios por encima del de españoles, italianos o portugueses (el salario mínimo en Francia ronda los 1.300 euros), los empleados galos son de los más desmotivados de Europa. Según el último barómetro Edenred-Ipsos, el 40% de los franceses se siente desmoralizado en la oficina.
Este estudio midió la motivación en más de 7.000 empleados de Alemania, Bélgica, España, Francia, Italia y Reino Unido. En tierra gala, la tasa de desmoralizados supera la de italianos (35%) y españoles (32%), a pesar de que el paro es mucho mayor en España o Italia.
Esta escasa moral se explica, según el estudio, por la frustración que padecen los franceses debido a «la escasa remuneración y la falta de reconocimiento» que, creen, sufren.