Elsa Bernaldo de Quirós | Domingo 16 de noviembre de 2014
Te mostramos algunas opciones para que practiques, en tu propia casa, las que más te gusten.
Pasa un día de spa en casa. Tendrás ese relax que tanto necesitas con tan solo treinta minutos y algunos productos.
Busca un momento de paz, lo ideal es cuando estés sola en casa. Pon música suave, quema incienso y enciende algunas velas y... ¡a mimarte!
Si tienes plantas o flores frescas, acercarlas, esto ayudará a que tu espacio se sienta más acogedor. Una vez que la ambientación está lista, puedes empezar con tu día de spa.
Te damos algunas opciones para que practiques las que más te gusten:
Baño de inmersión: antes de llenar la bañera ten preparadas sales, y haz que tu bañera tenga mucha espuma poniendo cerca del chorro de agua un poco de tu gel favorito. Una vez que la bañera esté llena y el agua cuente con la temperatura ideal, sumérgete y disfruta. Tienes que estar inmersa al menos 15 minutos, para que todo tu cuerpo logre relajarse.
Ducha aromática: La ducha hay que abrirla unos instantes antes para crear vapor. Báñate de la manera que lo haces habitualmente y sal de la ducha para frotar tu cuerpo con algún aceite (o mezcla) de aromas como lavanda, salvia o almendras. Al abrir la ducha nuevamente, aumenta la temperatura para que el vapor se inunde de esos aromas. Al secarte, hazlo dando pequeños golpecitos.
Auto masaje: Es difícil que logremos el mismo efecto de los masajes profesionales pero algo puedes lograr. Automasajea tu cuero cabelludo mientras te lavas el pelo, prestando más atención de lo usual. En el cuerpo, el momento ideal para el automasaje es el de la hidratación. Ponte crema el momento de pasarte crema en todas las parte de tu cuerpo. Para llegar a la parte alta de la espalda, cruza tus brazos como abrazándote para incrementar la sensación de placer.
Infusión detox: Una de las frutas más desintoxicantes que existen es el limón. Este cítrico tiene múltiples beneficios para nuestra salud, ya que es un antiséptico natural sumamente efectivo. Para prepararlo, agrega unos cuantos gajos de limón en agua hirviendo y después machácalos. Puedes poner un poco de azúcar o miel si te resulta muy acido, o bien mezclar con té verde o algún otro té que te guste. La infusión se debe de beber al instante.
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