REVISTA

Muere Primakov, el “padrino” de Putin

Miércoles 08 de julio de 2015
Vladimir Putin ha perdido a su “padrino”. Yevgueni Primakov, el hombre que firmó en 1997 con el entonces secretario general de la OTAN, el español Javier Solana, el fin de la Guerra Fría y desarrolló la estrategia para que Rusia se convirtiera de nuevo en una gran potencia, ha fallecido en Moscú (el 26 de junio) a los 85 años de edad.

Un Putin serio y cabizbajo afirmó en el entierro de quien fue el jefe de la KGB y del servicio de inteligencia exterior (1991-1996) y ministro de Asuntos Exteriores (1996-1998), entre otros altos cargos, que “fueron muchos los que buscaron su consejo. Puedo decirlo con pleno conocimiento de causa, porque yo también lo hice”.

Ideólogo y político a caballo entre la era soviética y la Rusia de Putin, Primakov ha inspirado las acciones del actual líder del Kremlin. Por eso las cancillerías occidentales han analizado con lupa las palabras de despedida de Putin en el funeral de su “padrino”.

“Primakov tenía una visión global y un pensamiento abierto y audaz”, apuntó Putin. “Siempre pensó en el futuro de Rusia, y trabajó y vivió para su desarrollo y prosperidad. Su pérdida representa un gran dolor para todos y para el país. Vamos a hacer todo lo posible por preservar su legado profesional”, ha sido una de las frases que confirman la veneración del jefe del Kremlin por su maestro ideológico y su intención de no apartarse del camino que trazó.

Putin no ha escatimado elogios para el que también fue, como él, responsable de los servicios secretos rusos. “Sabía cómo resolver tareas difíciles con calma, de manera constructiva y, lo más importante, con eficacia”, subrayó Putin ante la cúpula del poder reunida en el funeral.

¿Quién era realmente Yevgueni Primakov? Expertos occidentales en la nomenclatura rusa lo retratan como una versión más sofisticada que el propio Putin y aventuran que, de haber llegado a la cima del poder, habría ido más lejos en defensa de los intereses de Rusia. Todos coinciden en que Primakov puso las bases de la “era Putin”.

Nombrado ministro de Asuntos Exteriores en 1996, fue responsable de dos importantes cambios en la visión estratégica de Moscú que han sido seguidos a pies juntillas por Putin: sentó las bases del antiamericanismo en la política exterior rusa y planteó por primera vez la preocupación por la expansión de la OTAN hacia el Este.

En calidad de jefe de la política exterior rusa, firmó el 27 de mayo de 1997 en París, con Javier Solana como secretario general de la Alianza Atlántica, el “Acta fundacional sobre las relaciones mutuas, cooperación y seguridad entre la OTAN y la Federación Rusa”. Una fecha que para muchos supuso el final formal de la Guerra Fría, aunque ya era manifiesta la oposición rusa a los planes de ampliación de la Alianza hacia el Este. En la declaración, Rusia dejaba de ser una amenaza para la OTAN, y la organización atlántica ya no sería considerada enemiga de Moscú. Pero el idilio este-oeste duró poco tiempo.

Desde 1956 hasta 1970 Primakov ejerció como periodista para la radio soviética y como corresponsal del diario “Pravda” en Oriente Medio y Estados Unidos. Puestos en los que trabajaba para el KGB, en el que llegó a alcanzar el grado de General del servicio secreto.

Entre 1970 y 1985 fue director del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia de Ciencias, y director del Instituto de Estudios Orientales de la Academia. Desembarcó en la política en 1989 como presidente del Soviet de la Unión, una de las dos cámaras del Soviet Supremo de la URSS. En 1990 y 1991 fue integrante del Consejo presidencial de Mijaíl Gorbachov, impulsor de la Perestroika.

En la primera Guerra del Golfo (1991) Primakov fue enviado especial de Gorbachov a Irak para que Hassan Hussein se retirase de Kuwait. Tras el fracasado golpe de Estado de 1991 en Moscú, fue designado jefe de la KGB y posteriormente director del Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) hasta 1996.

En esos años las carreras de Primakov y de Putin se cruzaron en los despachos de los servicios secretos. Putin llegó a la cima del espionaje en 1998 al ser designado director del Servicio Federal de Seguridad (FSB), sucesor del KGB.

La estrella política de Primakov, que no su influencia como estratega, se apagó al retirar su candidatura a las elecciones presidenciales de 2000, después de declarar que si era elegido presidente metería en la cárcel a 90.000 hombres de negocios, prácticamente la totalidad de la élite empresarial rusa.

El político que formalmente terminó con medio siglo de Guerra Fría ha sido el mentor de otro político que la ha resucitado. Putin ha seguido el legado de Primakov, en la creencia ambos de que, con el cerco de la OTAN, Estados Unidos quiere aislar a Rusia e impedir que se convierta de nuevo en una potencia que le dispute el poder. En el siglo XXI la principal preocupación del Imperio norteamericano es cómo evitar la hegemonía de China y convivir en un mundo multipolar.


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