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Irán, tierra de arios... Establecimiento del conflicto

Miércoles 08 de julio de 2015
Irán está de moda. Su nombre es tierra de arios. Allí nacieron y se desarrollaron los que así mismos así se denominaron. Quizá también allí nació la cultura tal como hoy la entendemos.

Los acontecimientos ligados al posible acuerdo entre este estado y las siete potencias restantes, EE.UU. Rusia. China, la U.E más Reino Unido, Alemania y Francia, acerca del posible dominio y posesión del arma atómica por parte del primero, me lleva a esbozar estos artículos sobre este espinoso tema. No solo quiero escribir y tratar de aportar alguna luz sobre el asunto, sino quizá algo mucho más importante: Muchas veces, cuando estoy abordando cualquier tema, le planteo directamente a mi interlocutor –ahora lo hago a todos vosotros- la siguiente reflexión: ¿En el espacio/tiempo en el que vivimos, todo son opiniones –y por consiguiente cada uno puede tener la suya y es tan válida como cualquier otra-, o hay conocimientos. Que a su vez, estos, o se dispone de ellos o no. O se tienen más perfeccionados o solo vagas ideas. Y por ello, nos vemos obligados a admitir que el más experto siempre sabrá más que los otros. Si es así ya no valen las simples opiniones. El problema nuevo que se nos presenta es… ¿Cómo saber cuál es el más experto sobre un tema dado?


Si la respuesta es que sí, que sí existen los conocimientos, entonces debemos abordar este asunto desde los que le sean aplicables. Mi criterio es que sí existen conocimientos –que a su vez, deben ser conocidos y aplicados- y en este caso son los que ya disponemos sobre nuestra biología: Todos necesitamos alimentarnos, combatir el frio y el calor, defendernos, proteger a nuestras familias y educar y sanar a nuestros hijos. También sabemos cómo lo hacemos en grupo –es decir, como se adoptan las decisiones colectivas que afectan a todos-, por ello aplicamos la Sociología y la Política. A todo ello, medido tanto desde el plano individual como en el actuar colectivo, le denominamos conocimientos sobre la psicología humana, tanto la individual como la Psicología de grupos. Es por ello que siempre insisto que estos temas debemos abordarlos, y solo los resolveremos, si aplicamos los conocimientos sobre la Psico-Biología humana.

Visto así, lo que haremos es analizar lo que está sucediendo, y más aún, establecer unas claras coordenadas de que sucederá y porqué. Si lo hacemos con este criterio demostraremos que sabemos de qué estamos hablando. Aportaremos conocimientos precisos de cómo se comportan los seres humanos en grupo –cómo se adopta la toma de decisiones- y cuáles serán los resultados más probables que debemos anticipar.

Es obvio que si más o menos acertamos, alguien podrá decir que puede que haya algo de suerte, y coincidió ese resultado pero pudo darse cualquier otro. Si establecemos una secuencia, y se va cumpliendo, ya es más difícil la aleatoriedad. Pero si esto lo hacemos varias veces, con temas distintos y más o menos acertamos, entonces diremos que esa persona sabe de lo que está hablando, y que además explica por qué se dan esos resultados y no otros.

El asunto de Irán, por ser el lugar físico -y con los seres humanos que en aquellos tiempos lo habitaban- donde surgió toda la cultura que hoy manejamos, es una muestra clara de que ya es hora de analizar los conflictos humanos desde la Teoría General de los Conflictos que los recientes estudios nos han demostrado.

Digo que coincide que es el lugar apropiado, porque es conocido por la mayoría que allí nació y se desarrolló el Zoroastrismo, que es la corriente religioso-filosófica que defendió la unicidad de la naturaleza. Por ello nació la unidad de Dios (Uno sólo). Es decir allí nació y se desarrolló el monoteísmo. También sabemos que fue donde se fundaron las primeras ciudades y surgieron los problemas de adaptabilidad a un espacio geográfico concreto. Desapareció la cultura nómada de vagar en busca de caza o recolección. Al fijar sedes permanentes se necesitó implantar leyes de urbanización, en definitiva de socialización. Por eso es tan importante que el camino que allí se inició –la vida civilizada- nos lleve ahora, quizá por primera vez en la historia de la especie humana, a dejar de lado la inconsciencia de seguir inmersos ciegamente en la aplicación pura y dura de nuestros instintos animales, y ya pasemos a utilizar los conocimientos conscientes para resolver los mismos problemas que allí se plantearon: La convivencia en equilibrio, con paz, seguridad y libertad de autonomía personal.

Veremos en los próximos artículos si somos capaces de desarrollar todo el análisis de este conflicto y saber que sucederá, cómo terminará, y por qué.


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