Patarashca, en Pucallpa
El plato que más destaca en la ciudad de Pucallpa, durante las celebraciones religiosas, es la Patarashca, típico de la amazonía peruana. Este plato consiste en un guiso de pescado que se cocina envuelto en hojas de bijao, se sirve con yuca y plátano maduro. Se consume el Viernes Santo en esta ciudad a orillas del río Ucayali, en la selva amazónica del este de Perú.
Chupe de camarones en Arequipa
Arequipa, ubicada al sur del país, es una de las ciudades con una marcada identidad culinaria. Esto se observa en la influencia de las órdenes religiosas en la creación de algunos platos y postres. Por ello, cada día de la semana se le ha asignado una sopa o chupe, guisado hecho de patatas en caldo concentrado. El chupe de camarones es el más reconocido, esta cremosa sopa de crustáceos de río, lleva papas amarillas, queso, leche, habas, huevo, maíz y ají amarillo. Es un plato emblemático de la región sur.
Chorizo en Ayacucho
Ayacucho, es la región más representativa en cuanto a celebraciones por Semana Santa, al igual que su gastronomía. El plato por excelencia es el chorizo ayacuchano; su preparación se inicia con la maceración de la carne molida de cerdo con ají panca y vinagre, luego se fríe con manteca caliente y se sirve con patatas y ensalada de zanahoria, remolacha y lechuga.
Los 12 platos, en Cusco
El Viernes Santo, en la ciudad del Cusco, al sureste del Perú, se conmemora de forma muy especial la última cena de Jesús con sus discípulos. Siguiendo la tradición, ese día se permanece en ayunas hasta el mediodía, momento en que se comen seis platos salados y seis platos dulces, recordando a los 12 apóstoles. Algunos de estos platillos son la crema de maíz verde (choclo), el chupe de viernes, el chupe de lizas o la sopa de calabaza, cuy horneado, mientras que en los postres el arroz con leche y la mazamorra de chancaca.
Malarrabia, en Piura
En la región piurana, ubicada en el noroeste de Perú, aunque es conocida por su rica gastronomía a base de pescado, su plato estrella es la Malarrabia. Esta consiste en un potaje a base de plátanos maduros y queso que se consume el Viernes de Cuaresma, previo al inicio de la Semana Santa. La Malarrabia se suele acompañar de frijoles, arroz y pescado.