Durante la investigación, denominada RADAR-MDD, se recopilaron datos de 510 personas a través de tres instituciones científicas internacionales: el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) en España, el Vrije Universiteit Medisch Centrum (VUmc) en Países Bajos y el King's College London (KCL) de Reino Unido.
Los resultados del estudio muestran que la gravedad de la depresión, evaluada mediante el cuestionario PHQ-8, está relacionada positivamente con la frecuencia cardíaca media total durante el día y negativamente con la desviación estándar de la frecuencia cardíaca. El cuestionario PHQ-8 es un test cuestionario de autoevaluación utilizado para medir la gravedad de los síntomas de depresión en una persona en el que, a través de ocho preguntas, se evalúan los síntomas principales de la depresión: el estado de ánimo, la pérdida de interés o placer en actividades, los problemas de sueño, la fatiga, la disminución de la concentración, los sentimientos de inutilidad o culpa, los cambios en el apetito o el peso, y los pensamientos de muerte o suicidio.
De manera complementaria, se monitorizó a los participantes en el estudio a través de relojes inteligentes para recopilar datos de frecuencia cardíaca. De esta información, se seleccionaron siete características de la frecuencia cardíaca diaria, incluyendo la media y la variación estándar de la frecuencia cardíaca durante el día, los períodos de descanso y la noche.
Los resultados de ambas mediciones (el cuestionario PHQ-8 y la monitorización a través del reloj inteligente), revelaron que los cambios en la frecuencia cardíaca están asociados con la gravedad de la depresión. Exactamente, se identificaron dos tendencias: por lado, las personas con una menor variabilidad en su frecuencia cardíaca durante el día muestran síntomas depresivos más intensos y, por otro, aquellos que mostraban una frecuencia cardíaca más elevada durante la noche también experimentaron una mayor severidad en los síntomas de depresión.
Josep María Haro, investigador del CIBERSAM y del Parc Sanitari Sant Joan de Déu, explica que estos resultados “nos brindan una mejor comprensión de la relación entre la salud mental y los marcadores fisiológicos como la frecuencia cardíaca”. Además, añade que “la capacidad de utilizar tecnología de monitoreo remoto para recopilar datos precisos y en tiempo real nos ofrece nuevas oportunidades para mejorar la detección y el manejo de la depresión".
La Dra Sara Siddi, primera autora de este manuscrito y coordinadora del estudio en España, sostiene que: "desde una perspectiva clínica, estos hallazgos son muy relevantes, ya que indican que una mayor frecuencia cardíaca y una menor variabilidad de la frecuencia cardiaca diaria en reposo podría estar asociada con una mayor vulnerabilidad a la gravedad de la depresión. Es decir, que las personas con una FC más alta y menos fluctuante podrían ser más propensas a experimentar depresiones más intensas o recurrentes”.
Por lo tanto utilizar la FC como un biomarcador específico para monitorear las fluctuaciones en la gravedad de la depresión en personas vulnerables a través de la tecnología remota permitiría una alerta precoz en caso de una posible recaída y a la vez permitiría a los clínicos tomar medidas y adoptar un tratamiento con prontitud".
En la investigación han colaborado las áreas CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN) y de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), además de otras instituciones europeas como la Universidad de Bérgamo (Italia), la Universidad KU Leuven (Bélgica) o el Centro IRCCS San Giovanni di Dio Fatebenefratelli (Italia).