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Black Friday: "El consumismo está llevando al planeta al límite"

(Foto: Greenpeace).
Moda Punta | Miércoles 27 de noviembre de 2024
Greenpeace investiga la ropa de segunda mano: cada prenda analizada recorre una media de 9.000 km y buena parte termina desechada en África o Asia. La Unión Europea estima que España sólo recoge selectivamente un 4 % de la ropa desechada. A partir de 2025 la responsabilidad de las empresas textiles sobre la gestión de los residuos será obligatoria.

Desde la organización sostienen que en los últimos años, ante la avalancha insostenible de consumo de ropa, se ha extendido la idea de que podemos comprarla y desecharla en contenedores de tratamiento porque la ropa se seguirá usando. Pero esa idea sirve más para calmar conciencias que para generar un sistema circular y sostenible de consumo. Así se desprende de la última investigación de Greenpeace España que, tras hacer seguimiento a más de una veintena de prendas de diversos contenedores de recogida selectiva españoles, ha constatado que recorrieron más de 9.000 km de media, para terminar en África o Asia.

“Días como el Black Friday son el ejemplo del consumismo que está llevando al planeta al límite: se bajan los precios para incentivar la compra masiva de prendas, normalmente no necesarias, que sólo generan beneficios para unos pocos y muchos problemas para todo el resto”, explica Sara del Río, coordinadora de la investigación de Greenpeace.

En verano de 2023, Greenpeace colocó dispositivos de seguimiento en 29 prendas (de las que, finalmente, solo se han podido extraer datos concluyentes de 23) y las ha monitorizado durante más de quince meses sin que su viaje pareciera detenerse jamás. En total, las prendas han sumado un recorrido de más de 205.121 Km, lo que equivale a dar cinco veces la vuelta a la Tierra. La investigación constata que, tras depositar la ropa en un contenedor de recogida selectiva, lejos de ser reutilizada en España, en la mayoría de los casos constatados las prendas son exportadas a países del Sur Global, principalmente Asia o África.

Gracias a los primeros resultados que ofrecían los geolocalizadores, ya en noviembre de 2023 se pudo constatar que las prendas comenzaban a esparcirse por todo el mundo. Un año después, de los 23 dispositivos con resultados, un 92 % se ha geolocalizado fuera de España, en once países de cuatro continentes: Emiratos Árabes Unidos, Pakistán, Marruecos, India, Egipto, Camerún, Togo, Ghana, Costa de Marfil, Rumania y Chile.

Según los datos oficiales ofrecidos por la Agencia Tributaria, dentro de la partida de residuos textiles que exportó España en 2023, el 92 % es ropa usada (129.705 toneladas). En los últimos años Greenpeace ha documentado cómo mucha de esta ropa termina en vertederos (legales o ilegales) de países africanos o asiáticos, o bien quemada o hecha trapos. La magnitud del impacto de la ropa usada es tal, que el sector ya afirma que no tiene capacidad para gestionar tanto material.

Además, estos datos son solo la punta de iceberg, ya que la Unión Europea estima que España solo recoge selectivamente un 4 % de la ropa tras su uso, lo que indicaría que la envergadura del problema puede ser aún mayor que la que describen los hallazgos de la investigación de Greenpeace. Eso sí, hasta ahora las empresas del sector textil que hacían recogida selectiva lo hacían de manera voluntaria. Sin embargo, a partir de 2025 la responsabilidad de estas empresas sobre la gestión de los residuos textiles será obligatoria, según la legislación europea.

“El modelo que ha fomentado el sector de la moda, de comprar y tirar ropa, ha superado la escala que el planeta puede soportar y, sin embargo, sigue creciendo como también lo harán los impactos ambientales y sociales que lleva asociados”, explica Sara del Río. “Los cambios legislativos que obligarán a las empresas a asumir íntegramente la responsabilidad en la gestión de los residuos textiles deberían forzar un cambio de modelo. Será interesante comprobar cómo impacta en realidad esta legislación sobre el desolador panorama de la contaminación textil. Mientras, a la gente hay que decirle: si tienes que desechar tu ropa, hazlo en los contenedores textiles, pero si quieres contribuir de verdad, no compres más de lo que necesites” .

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