Inés Rodríguez, logopeda y activista, aborda en El Intermedio las dificultades que enfrentan las mujeres con discapacidad, incluyendo la precariedad laboral y la brecha salarial. En su intervención, destaca que el empleo para este colectivo es menos remunerado y más inestable, además de sufrir cuestionamientos sobre sus capacidades profesionales. Rodríguez enfatiza la importancia de confiar en la profesionalidad de las personas con discapacidad y reclama mayor visibilidad en los medios. Su mensaje resalta la necesidad de inclusión y reconocimiento dentro del movimiento feminista.
En un reciente episodio de El Intermedio, Inés Rodríguez abordó las preocupaciones que enfrentan las mujeres con discapacidad, un colectivo que busca mayor visibilidad y consideración dentro del movimiento feminista. Su intervención se produjo pocos días después del Día Internacional de la Mujer.
Rodríguez subrayó la necesidad de una representación más significativa de las mujeres con discapacidad en los medios. En su discurso, destacó que el empleo para este grupo es inferior al de las mujeres en general, además de estar caracterizado por ser “menos remunerado y más precario”. Esta situación se ve agravada por la falta de acceso a formación adecuada, creando así un ciclo que perpetúa un techo de cristal: “si no se nos ve, no se nos considera capaces y no se nos sigue contratando”, explicó.
La brecha salarial también afecta desproporcionadamente a las mujeres con discapacidad, quienes enfrentan cuestionamientos sobre su capacidad laboral. Rodríguez compartió su experiencia personal como logopeda, donde ha tenido que lidiar con dudas sobre su competencia profesional: “se cuestiona mi habilidad para hacer mi trabajo”.
A pesar de estos desafíos, Inés enfatizó que “las personas con discapacidad somos muy conscientes de nuestros límites”. En este sentido, hizo un llamado a la confianza: “Sería un detalle por parte de la gente confiar en nuestra profesionalidad y capacidad de derivación”, concluyó.
Inés Rodríguez destaca la necesidad de mayor visibilidad y consideración hacia las mujeres con discapacidad, quienes enfrentan precariedad laboral y una brecha salarial mayor que la del conjunto de mujeres.
Se señala que el empleo de las mujeres con discapacidad es menor y más precario, además de estar menos remunerado. Esto se debe a la falta de acceso a formación adecuada, creando un ciclo que perpetúa su invisibilidad y subcontratación.
Rodríguez menciona que en ocasiones se cuestiona su habilidad para ejercer su trabajo como logopeda, lo cual refleja un prejuicio hacia las personas con discapacidad en el ámbito profesional.
Inés Rodríguez solicita que se confíe en la profesionalidad y capacidad de derivación de las personas con discapacidad, enfatizando que son conscientes de sus límites y pueden trabajar eficazmente junto a otros.