Rambaldi empezó en el mundo de los efectos especiales en 1956, cuando construyó un dragón de dieciséis metros para el filme “Sigfrido” de Giacomo Gentilomo. El italiano siguió sorprendiendo a propios y a extraños uno años más tarde, cuando construyó un robot de doce metros para la película “King Kon” (John Guillermin, 1976).
Steven Spielberg se quedó muy sorprendido con ambos trabajos y decidió contratarle para dos de sus películas más conocidas. La primera fue “Encuentros en la tercera fase” (1977) y la segunda es recordada por los niños de toda una generación. Así es Rambaldi fue el encargado de dar vida al entrañable extraterrestre que tenía ganas de volver y de llamar a su casa, por supuesto hablamos de “E.T.” (1982).
A este simpático alienígena, le precedía otro que no fue tan amistoso, hablamos del octavo pasajero protagonista de “Alien” (1979). Otra de sus recordadas colaboraciones tuvo lugar con David Lynch en 1984 con “Dune”.
Diplomado en la Academia de Bellas Artes de Bolonia antes de recibir tres premios Oscar por su labor, fue pintor y escultor. Descanse en paz.