Hubo una época en que los tatuajes eran solo cosa de hombres, y que si éstos los llevaban eran considerados “macarras” o militares. Sus brazos y sus pechos estaban decorados con frases de amor a la patria, o a su madre, rosas con espinas y poca originalidad más. Pero actualmente el panorama ha cambiado completamente, ahora mucha gente se tatúa, tanto hombres como mujeres, y existen infinidad de versiones que se alejan mucho de las anteriores nombradas.
Especialmente, las celebrities y las bloggers de moda han sido las encargadas de acercar la moda tattoo a todo el sector femenino y hacernos ver que esa tinta en pequeñas dosis y con diseños muy acertados puede ser un complemento de por vida que nos ayude en todos nuestros estilismos. Pequeñas frases en la nuca o las costillas, símbolos como el de infinito o dibujos como lazos o pájaros ahora son los tatuajes más recurrentes entre las mujeres.
La idea de los tatuajes es hacerte un recuerdo que prevalezca para siempre, un símbolo o una frase de la letra de una canción con la que te sientas identificada y que quieras llevar siempre contigo.
Ahora bien, entendemos que no siempre lo quieras lucir o que haya ocasiones que, por la formalidad requerida en ciertos eventos, no esté demasiado bien visto llevar. El secreto es que existen lugares donde los tatuajes son igual de fáciles de mostrar que esconder, y ahí reside la clave del éxito. Por ejemplo, un lugar recurrente es la nuca y os preguntaréis ¿por qué? Pues muy sencillo, si lo quieres enseñar te haces coleta o cualquier recogido que lo muestre y si por el contrario lo quieres tapar, tu melena suelta es un buen aliado. En la muñeca también es una buena opción, ya que cuando no lo quieras mostrar lo escondes con pulseras, relojes y demás accesorios y nadie sabrá que está allí.
Otro mito del que me interesa hablar en este artículo es la adicción que crean los tatuajes. Sí, hablo de que cuando alguien se tatúa, parece que con uno no es suficiente y va in crescendo, dibujando más su cuerpo y con tatuajes de mayor medida. ¿Es eso cierto? La verdad es que no hay ningún estudio que lo corrobore de manera científica y exacta, pero son numerosos artistas y profesionales del mundo del tatuaje quienes que afirman que la persona que se tatúa rara vez acaba con un único tatuaje en su cuerpo, y que esto suele ser causado por la sensación de adrenalina que se vive cuando te estas haciendo uno o bien, para las personas que tienen más tolerancia al dolor, el alivio del estrés y ruptura de la rutina que sienten en ese momento.
La blogger Chiara Ferragni es un ejemplo que avala esta leyenda urbana y nosotras hemos sido testigos de ello. Recuerdo cuando mostraba en algunos posts su famoso lazo en la nuca y, como ahora podemos ver, numerosos tatuajes más que decoran su cuerpo. Y al igual que ella, le siguen una larga lista de blogueras: Kenzas, Dulceida…
En definitiva, además de lucirlo de vez en cuando, lo más importante a la hora de hacerte un tatuaje es que es para ti. Quien más lo vas a disfrutar vas a ser tú, la que lo llevará para siempre, así que es muy importante que lo pienses dos y tres veces antes de lanzarte a la aguja.