El Templo Romano fue descubierto en los años al realizar las obras de ampliación del Ayuntamiento, pero es ahora cuando muestra su mejor cara ya que los trabajos de recuperación y actualización se iniciaron en octubre de 2012. Estos trabajos se han dividido en tres fases: la primera ha sido la de limpieza y consolidación de los restos, la cimentación y la señalización, así como la instalación del alumbrado artísticos; en la segunda fase se actualizado la zona para que sea apta para los visitantes con la instalación de barandillas y accesos; mientras que la tercera fase es que pondrá a disposición de los visitantes la información didáctica sobre la historia y evolución del monumentos.
Todos los trabajos para la reapertura han estado dirigidos por el arqueólogo de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Juan Murillo, y la arquitecta, Carmen Chacón. La recuperación de este santuario ha necesitado una financiación de 250.000 euros, aunque su apertura tendrá un efecto positivo en el turismo y el patrimonio de Córdoba, de hecho, en menos de un mes ya ha recibido más 13.000 visitas; ya se pueden realizar visitas teatralizadas y también cuentan con talleres infantiles.
Se trata de un monumento de culto imperial del siglo I d. C. en mármol blanco (similar al dedicado al dios Apolo en el Palatino de Roma) que formó parte de un complejo arquitectónico en que también hubo una plaza intermedia y un circo. Este Templo Romano se ha convertido en una forma de recordar el pasado romano del Córdoba, del cual no se habla mucho a pesar de que fuera la capital de la provincia bética.