“Footloose” (2011) nos cuenta la historia de Ren MacComarck (Kenny Wormald), un joven que se ve obligado a vivir con sus tíos en la pequeña localidad americana de Bomont después de que su madre muera a causa de un cáncer.
El chico nuevo del pueblo no sabrá en donde se ha metido hasta que los tradicionalismos le lleguen hasta el cuello, y todo a raíz de un trágico accidente de tráfico demasiado reciente para la población, pero agua pasada para los jóvenes del lugar, que lo único que quieren es lo que tienen prohibido: Bailar.
Ren luchará por cambiar su presente y el futuro de todos haciendo razonar a los ciudadanos, en especial al pastor de la comunidad: Shaw Moore (Dennis Quaid). Pero nuestro protagonista no entenderá el porqué de la constante negativa del señor Moore hasta que no descubra la implicación de este hombre con el accidente que cambió a todo el pueblo.
Sin embargo, su hija Ariel (Julianne Hough) será el espíritu de la contradicción de su padre: Una chica con ganas de libertad, deseosa de salir del pueblo para dirigirse a la gran ciudad y sin ningún respeto sobre las leyes.
El joven MacComarck comenzará una etapa para todos los habitantes de Bomont promoviendo un baile de fin de curso, junto a sus nuevos amigos Willard y Woody intentarán concienciar de la necesidad de un cambio, el cual también llegará a su vida enamorándose de Ariel y viéndose arrastrado por cada una de sus locuras, pero descubrirá hasta que grado todo vale cuando en verdad ansías conseguir lo que quieres.
La cinta que cuenta en su mayoría con nuevas apuestas a la gran pantalla recién sacadas del horno destaca con caras como las de Dennis Quaid y Andie Macdowell que dan cierto gancho al estreno de esta vieja conocida historia.
Para los que no tengan el gusto de conocerla, se trata de lo que en los ochenta fue una simpática proyección cinematográfica de baile, sin llegar el éxito de “Dirty Dancing”, pero que tuvo muchos adeptos, sobre todo teniendo en cuenta que el papel protagonista fue el lanzamiento para el consagrado Kevin Bacon (quizá en este caso Kenny Wormald tenga la misma suerte).
Recordada ahora como una de las comedias musicales de la época, el productor Craig Bewer, encargado de lanzar la nueva versión, ha sido criticado por no haber sacado suficiente jugo a la historia, dado que tenía en sus manos un buen material para hacer un paralelismo con la sociedad actual, el cual ha dejado atrás para centrarse en primeros planos de escenas comerciales curtidas entre escotes e insinuaciones, pero al que tampoco se le puede condenar por esto, porque Hollywood se encuentra nutrido de este tipo de remakes actualmente.
Pero alejándonos de la crítica y del pobre argumento, y dando un punto positivo a las coreografías y el vestuario, la acogida del film en EEUU ha sido aceptable: Con un presupuesto de 24.000.000 dólares, obtuvo una recaudación aproximada de 30.364.238 dólares en pocas semanas, así que por ahora se espera un buen recibimiento para esta nueva versión al más puro estilo de los ochenta, de la que ya se está encargado de dar gran promoción Spotify.
Aunque no sabremos hasta mañana la opinión de la nueva generación que recordará “Footlooser” entre su lista de películas vistas, las comparaciones se hacen cada vez más odiosas si tenemos en cuenta que a parte de la falta de Kevin Bacon, la actriz protagonista no contará con la compañía de una jovencísima Sarah Jessica Parker que también hizo así su entrada en la gran pantalla.
Si (
No(
