El médico personal de Michael Jackson y testigo de los últimos minutos de vida de la vida del cantante ha sido declarado culpable al administrar negligentemente el medicamento Propofol al artista en el día de su muerte.
El juicio, que ha sido celebrado en Los Ángeles y en el que el jurado ha deliberado durante nueve horas, ha durado 23 días, y han pasado por el estrado 49 testigos. Los miembros del jurado han examinado 300 pruebas materiales, tanto de la defensa como de la acusación.
El acusado, Conrad Murray, el cual no testificó en el juicio, basó su defensa en la estrategia de culpar al cantante de su propia adicción al Propofol.
El fiscal David Walgren acusó al cardiólogo de mentir, esconder evidencias y tratar de salvar su puesto de trabajo a toda costa: "Se mire como se mire, fue un factor sustancial en la muerte de Jackson".