Desde el primer momento está claro que tienen la polémica asegurada, pues el shockvertising (o “publicidad de impacto”) que han utilizado en esta ocasión no puede ser más pintoresco: los líderes mundiales aparecen besándose.
Ideologías contrarias como pueden ser las de Hugo Chávez y Barack Obama, las de Angela Merkel y Nicolás Sarkozy o el pensamiento religioso del Papa y del Imán (máximo representante en el Islam) son, en esta pintoresca campaña, las “parejas” que se besan.
El título de la campaña, UNhate (“DESodia” en castellano) tiene una doble intención: por un lado reivindica la necesidad de aparcar el odio y las diferencias y unirnos como personas que somos, y por la otra parte, pretende hacer una crítica al poco peso de las Naciones Unidas como organización (las siglas de este organismo son “UN” en inglés).
Las respuestas, sobre todo por parte de El Vaticano, no se han hecho esperar, y el Papado ya ha denunciado a la empresa italiana tratando de evitar que se difundieran los fotomontajes. Aunque Benetton anunció que retiraría la fotografía de Benedicto XVI, ésta ya ha ardido como la pólvora por la red, lo cual dificulta casi hasta lo imposible su retirada.
Aunque quizá los métodos de la multinacional no hayan sido los más ortodoxos, deberíamos tomar en serio el trasfondo de esta campaña: comenzar a luchar contra la cultura del odio y la diferencia, que está muy presente a lo largo y ancho del planeta.