Los resultados obtenidos de dicho estudio revelan que un 1% de las madres, y el 37% de los padres, son fumadores diarios. Y, al menos, el 14% de uno de los familiares fuma diariamente en casa, y el 28% que lo hace en algunas ocasiones.
Los niños que con una exposición pasiva al tabaco les provoca tos, ronquera, disnea, mayor riesgo de infecciones agudas como la bronquitis y la neumonía e infecciones respiratorias de repetición, como inducción y exacerbación del asma.
Según los datos de la SEPAR, a los 13 años se empieza a fumar y a los 14 lo hacen de forma habitual. Por eso es importante concienciar a los adultos sobre los perjuicios del tabaco para que sus hijos no fumen en un futuro.
¿Quieres dejar de fumar? Sigue a nuestra bloguera y entérate de cómo aquí.