El satélite artificial Kepler fue lanzado en 2009 con el objetivo de hallar esos planetas que se encuentran más allá del sistema solar. Seis años después y sin ningún éxito reseñable en su búsqueda, la NASA acaba de anunciar el hallazgo de la Tierra 2.0.
Se trata de un planeta que orbita alrededor de una estrella, parecida al sol, de proporciones y condiciones semejantes a las de la Tierra. Al planeta en cuestión se le ha denominado como “Kepler-452b”, y es un 60% más grande que nuestro planeta, con una superficie mayoritariamente rocosa.
La Tierra 2.0 se encuentra a 1.400 años luz de nosotros y llevaría orbitando unos 6 mil millones de años, es decir, bastante más antiguo que nuestra estrella. Tarda 385 días en orbitar alrededor de su estrella, a una distancia muy parecida a la de la Tierra y el sol. Todo esto, y que por temperatura y tamaño se haya catalogado en la misma categoría que nuestro sol, hace de Kepler-452b el planeta con mayores semejanzas con la Tierra que la NASA se haya encontrado hasta el momento.
¿Un nuevo hogar?
Lo que más ha entusiasmado a los científicos es que la Tierra 2.0 se encuentra en una zona habitable dentro de su sistema planetario, lo que ha llevado a pensar en la posibilidad de que exista alguna forma de vida en su interior.
"Es simplemente impresionante pensar en que este planeta ha pasado 6 mil millones de años en la zona habitable de su estrella, lo que es más que la edad de nuestra Tierra. Eso es un tiempo considerable y una oportunidad para que la vida florezca en alguna parte de su superficie... deberían existir todos los ingredientes y condiciones necesarias para que haya vida en este planeta", ha explicado Jon Jenkins, miembro del equipo Kepler.
Otros planetas parecidos a la Tierra
Para que a un planeta se le pueda asemejar al nuestro, hace falta que reúna una serie de características, por ejemplo: el tamaño de la estrella alrededor de la que orbitan, la distancia a la que se encuentra o su propio tamaño.
Todos los exoplanetas encontrados hasta la fecha, es decir, planetas que orbitan en sistemas diferentes al nuestro, poseían características semejantes a la Tierra, pero nunca tantos como en el caso de Kepler-452b. Algunos de los hallados por Kepler son: Kepler-22b, Kepler-69c, Kepler-62f y Kepler-186f.
La gran diferencia entre éstos y el último descubierto por la NASA es que Kepler-452b orbita alrededor de un sol, una estrella considerada de tipo “G”, lo suficientemente grande como para calentar un planeta para que tenga unas condiciones óptimas para la vida.
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