El aparato es capaz de preplanificar decisiones de una intervención quirúrgica y los efectos de la radioterapia aplicada al paciente en una operación, antes de que el paciente sea operado sin recibir ninguna dosis de radiación.
Esto es debido a que la máquina simula el comportamiento de los órganos del paciente en un proceso de cirugía oncológica.
Con este sistema se reduce la duración de la intervención y el impacto biológico del postoperatorio, pasando de entre 4 y 7 días a 48 horas, debido a una cirugía menos invasiva.
Este simulador resulta de un proyecto conjunto el cual llevaba varios años de investigación tecnológica entre los departamentos de Oncología, y Medicina y Cirugía Experimental del hospital Gregorio Marañón y un socio tecnológico como GMV.
También han participado cinco universidades y seis hospitales españoles, como el hospital madrileño Ramón y Cajal, entre otros.