Un estudio realizado con 89 pares de padres e hijos demostró que existe una asociación entre el exceso de peso paterno y el peso de los bebés al nacer. Cuanto más alto era el índice de masa corporal (el IMC, es decir, la relación entre el peso y la altura) del padre, menor era el del recién nacido.
Estos resultados, publicados en el periódico científico International Journal of Obesity, refuerzan la idea de que las variables antropométricas no se encuentran exclusivamente relacionadas con las madres, y que el sostenimiento de un estilo de vida sano también debe ser una preocupación de los varones antes de la concepción de un bebé.
“Se habla mucho y existen muchos estudios acerca de la relación entre el desarrollo del bebé y la salud materna, lo que comprende cuestiones tales como el exceso de peso en el período anterior a la gestación y durante el embarazo, pero el hecho es que la salud de los padres también tiene un gran impacto tanto en el desarrollo fetal como después del nacimiento de los bebés. Nuestro estudio es el primero que se lleva a cabo con familias brasileñas y muestra que cuanto más alto es el IMC del padre, menor es el peso del bebé en el nacimiento. Y pone en evidencia la importancia del padre en lo que hace a las cuestiones de salud y del desarrollo del bebé”, destaca la investigadora Mariana Rinaldi Carvalho, coautora del artículo, quien contó con el apoyo de la FAPESP mediante el otorgamiento de una beca doctoral.
Se considera que el peso de los bebés al nacer constituye un importante predictor de la salud y no solamente en la infancia, sino también durante toda la vida adulta. Aparte del mayor riesgo de muerte, diversos estudios han demostrado que los bebés que nacen con bajo (o alto) peso pueden luego desarrollar enfermedades no transmisibles en el transcurso de sus vidas, tales como las afecciones cardiovasculares, la diabetes de tipo 2 y algunos tipos de cánceres.
Este trabajo, realizado por investigadoras de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo (FMRP-USP), en Brasil, constituye un despliegue de un estudio clínico mayor apoyado por la FAPESP, en el cual se evaluó la efectividad de la asesoría nutricional entre 350 mujeres embarazadas con sobrepeso atendidas en unidades de atención primaria de la red pública de salud.
“En estudios realizados con mujeres embarazadas notamos que existe un componente faltante en la ecuación que abarca el estilo de vida materno y al recién nacido. Por eso pusimos en la mira el análisis del efecto de la antropometría paterna en el desarrollo fetal”, comenta Daniela Saes Sartorelli, docente del Departamento de Medicina Social de la FMRP-USP, quien dirigió el estudio doctoral de Rinaldi Carvalho.
El grupo de investigación analizará también el efecto de la dieta paterna en la antropometría y en la adiposidad neonatal. Se tendrán en cuenta parámetros tales como el consumo de alimentos ultraprocesados y la calidad de las grasas de la dieta paterna.
Un tema de salud pública
Se considera que el exceso de peso materno es un tema de salud pública. Diversos estudios han demostrado que el aumento excesivo de peso durante la gestación expone tanto a la mujer como al bebé a riesgos aumentados de salud a corto y a largo plazo. En la madre, eleva los riesgos de padecer diabetes gestacional, hipertensión, preeclampsia y de tener que someterse a cesárea. En los bebés, a corto plazo, existe una alta probabilidad de que nazcan con alto o bajo peso. A largo plazo, hay un riesgo elevado de desarrollar obesidad y enfermedades asociadas, tales como la diabetes tipo 2 o hipertensión arterial a una edad temprana.
Si bien en el caso de las madres existe una relación directa entre la obesidad y el desarrollo fetal a través de la placenta y de otras células, el exceso de peso paterno puede ocasionar algunas alteraciones epigenéticas (modificaciones bioquímicas en el ADN que reprograman la expresión de los genes). Según Rinaldi Carvalho, estudios anteriores realizados en animales ya habían demostrado que algunos genes expresados por el padre pueden afectar el crecimiento feto-placentario.
De acuerdo con la investigadora, estos estudios pusieron en evidencia que dentro de la panza de la mamá el feto puede sufrir restricciones de crecimiento, bajo el influjo del exceso de peso paterno, y así no lograr alcanzar su potencial genético de crecimiento. Básicamente, la exposición paterna a los denominados estresores ambientales durante el período anterior a la fecundación, tales como la alimentación, la práctica de actividad física y el tabaquismo, por ejemplo, puede derivar en alteraciones en el metabolismo de los hijos a través de alteraciones epigenéticas.
“Lo que se sabe hasta ahora es que esos estresores ambientales, como el exceso de peso, por ejemplo, pueden influir en la estructura y en la calidad de los espermatozoides alterando las expresiones génicas e incidir en el ADN del hijo. Esta influencia está relacionada con la epigenética, un área de la ciencia que estudia de qué manera los estímulos ambientales pueden activar o silenciar genes”, explica Rinaldi Carvalho.
“Por supuesto que la madre es un punto fundamental y los estudios muestran incluso la importancia del cuidado nutricional de la mujer embarazada. Pero urge echar luz sobre el tema del exceso de peso paterno durante el período previo a la concepción. Los resultados muestran que, así como es importante el asesoramiento nutricional materno, los papás también deben cambiar de hábitos antes de la concepción”, afirma la investigadora.
En el estudio que se realizó con los 89 padres y sus hijos se constató también que cuanto más alto es el IMC y la circunferencia de la cintura en el caso paterno, menor es la circunferencia cefálica del recién nacido. “No identificamos ninguna anomalía o malformación, pero se trata de una correlación importante, ya que la circunferencia cefálica del bebé es un parámetro relevante del crecimiento. Pero se hacen necesarios nuevos estudios con el objetivo de evaluar el real significado de este hallazgo”, afirma Rinaldi Carvalho.
En estudios anteriores sobre la obesidad, añade la investigadora, se detectó que el exceso de peso puede influir sobre la sedimentación mineral ósea de los recién nacidos. “Remarcamos que en este estudio existe una limitación: no tuvimos acceso a la información referente a cuánto tiempo las mujeres permanecieron en trabajo de parto [en los casos de partos vaginales]. Y sabemos que la circunferencia cefálica inmediatamente después del nacimiento puede verse alterada temporalmente cuando un bebé queda durante mucho tiempo en el canal vaginal”, comenta.